Principios

Si se dice que “el tiempo es oro” y “el oro es dinero”, entonces ¿por qué no darle al tiempo su justo valor? Todos tenemos tiempo y algo que ofrecer, y si usamos lo que tenemos, tenemos lo que necesitamos. 

 En ocasiones, nuestras habilidades y conocimientos, recursos y talento son desconocidos o subestimados y por tanto, dejados a un lado. Pensamos que otras personas no tienen nada que ofrecer y que sus contribuciones carecen de valor. El banco del tiempo asegura que todos los individuos puedan ser validados a través de sus contribuciones al capital humano en sus determinados ámbitos. La solidaridad y la ayuda son los pilares de este sistema que se fortalece con la reciprocidad


Los cuatro valores básicos de los bancos de tiempo afirman:

1.
Las personas son los bienes o fortalezas.
Resaltar las fortalezas de las personas no es nuevo, pero la nueva perspectiva otorgada por los bancos del tiempo va más allá que al enfoque en los individuos o el inventario de los recursos que se encuentran en la comunidad. Los bancos de tiempo afirman que cada ser humano puede ser un emisor y un receptor de conocimientos y habilidades, de talento y de capacidades.

2. Redefinición del trabajo.
Tendemos a considerar como algo garantizado que el trabajo se remunere en dinero. El banco del tiempo plantea una nueva concepción, en la que el trabajo se compensa con tiempo y no con dinero.

3. La idea de la reciprocidad.
El dar a los otros siempre fortalece a los que ofrecen pero no a los que reciben. Cuando realizamos un intercambio con otras personas, necesitamos demostrarles que sus propias fortalezas también los pueden convertir a ellos en contribuyentes, especialmente hacia los demás.

4. Capital social.
La salud de las comunidades depende de la creencia de que las acciones del presente tienen gran significado para el futuro. La más efectiva y eficiente forma de construir capital social es generando reciprocidad de un modo más amplio. De este modo, la confianza y los compromisos cívicos se reproducen automáticamente.